“LA CULTURA DE LA PAZ ES UN SISTEMA DE VIDA EN EL QUE PREVALECE LA COHERENCIA ENTRE SENTIR, PENSAR Y ACTUAR” (ENTREVISTA A MÓNICA SHOCRON PARTE I)

Paz para todos

Carmelo Urso: 1) Thomas Merton alguna vez escribió: “El miedo es la raíz de todas las guerras”. Buena parte de nuestras dinámicas educativas están basadas en el miedo: miedo a los profesores, miedo a las evaluaciones, miedo a expresar nuestro libre pensamiento frente a los credos y ortodoxias oficiales –e incluso- miedo a Dios. ¿Estás de acuerdo con la frase que citábamos arriba de Merton? ¿Podemos aspirar a un mundo en Paz mientras nuestros sistemas educativos se basen en el miedo?

Mónica Shocron: Ante tu pregunta, me surge esta reflexión primaria: ¿De dónde viene el miedo, cuándo aparece? Y siento que es importante en primer lugar, situarnos en este sentimiento, en esta energía a la que llamamos “miedo”, para poder comprenderla -o al menos intentarlo- y luego, poder vincularlo con las guerras y con los sistemas educativos.

Mónica Shocron

Tal vez, el miedo aparece cuando no podemos comprender porque nos falta información -por ejemplo- acerca de una situación, relación, comportamiento o incluso, cuando esa información es insuficiente o limitada. Pero también percibo que el miedo es ausencia de “comunión”, que es esa capacidad de comunicarnos de corazón a corazón. Como seres humanos tenemos la posibilidad de vincularnos mutuamente desde un lugar más profundo, yendo más allá de las fronteras del intelecto y generando vínculos amorosos, respetuosos y comprensivos.

Dicen que las guerras nacen en la mente de los seres humanos, que son creaciones intelectuales y se materializan en acciones y realidades lejanas al corazón.

La cultura de la guerra da prioridad a las diferencias, a consideraciones que separan, dividen, que crean barreras, levantan muros, a la lucha por el poder… en lugar de focalizar la atención en la maravillosa realidad que puede brindarnos vivenciar la unidad en la diversidad.

Las guerras forman parte de la cultura del “miedo”, en donde ciertas actitudes como la prepotencia, el atropello, la falta de respeto mutuo y la lucha egoísta para dominar a quienes se considera diferentes, alimentan un poder autoritario de unos sobre otros.

Por lo tanto, percibo que el miedo es un ingrediente con gran protagonismo en la generación de las guerras; se trata del miedo a convivir con quienes sienten o piensan de otro modo, con quienes sustentan sistemas culturales distintos o tienen otras creencias, otro modo de vincularse con la vida. Cuando no se logra comprender esto, el miedo a perder la propia identidad se transforma en un móvil inmediato para iniciar una larga y penosa lucha, perdiendo de vista que, lo que uno es en esencia, se enriquece al convivir con las diferencias.

En cuanto a los sistemas educativos, si están inmersos en la cultura del miedo no propician un camino hacia la paz.

Al respecto, procuro evitar las generalizaciones y descubrir en los sistemas educativos aquellas puertas que se van abriendo para facilitar el camino hacia una Cultura de Paz. En la actualidad estamos siendo testigos -y algunos protagonistas- de transformaciones superadoras que nos alientan a seguir adelante.

En muchos lugares, se está reflexionando sobre la necesidad de cambios en los sistemas educativos y procurando pautas institucionales que mejoren su funcionamiento y favorezcan la convivencia armoniosa dentro de la comunidad educativa, e incluso, en muchos lugares se transforman en acciones.

Algunos ejemplos de esto son la implementación de sistemas tutoriales y de asambleas, que procuran mejorar el diálogo y la convivencia y desarrollan el juicio moral autónomo de los alumnos; la mediación, que facilita la resolución pacífica de conflictos, transformando los desencuentros en encuentros, acuerdos y generación de nuevas pautas de convivencia escolar; la auto-evaluación supervisada por los profesores curriculares, que permite a los alumnos ser testigos de sí mismos frente a los procesos de aprendizaje personales, integrándose a la evaluación de los docentes; la participación en proyectos solidarios formando equipos de alumnos-docentes-directivos, que hacen al ejercicio de la responsabilidad social de la comunidad educativa.

Pero… aún existen programas educativos que sustentan la cultura del miedo, como la modalidad del “premio/castigo” y las rígidas estructuras de poder, que a veces llegan al autoritarismo.

Percibo que aún hay mucho por hacer en este tema. Tal vez exista una cierta tendencia generalizada a querer ver rápidamente resultados… y esto hace que nos perdamos lo maravilloso de todo el proceso de transformación, lo inspirador que puede ser transitar conscientemente cada tramo del camino.

Teniendo en cuenta esto, creo que lo más importante en este momento, es focalizarnos en el ser humano, en su esencia, en su sentido trascendente y desde allí, ir camino a la transformación de los sistemas educativos, incluyendo la espiritualidad práctica en los contenidos educativos, como parte de la visión que nos reconoce como seres humanos, planetarios y cósmicos.

En esta tarea, hemos de ser cuidadosos, responsables, minuciosos e impecables, con una visión amplia acerca de la vida y sus procesos, de los que somos parte. Hemos de ser capaces de ir más allá de cualquier fin egoísta y conectarnos con nuestra sabiduría interna para que nos oriente antes de actuar y nos permita tener claridad en cada paso que demos.

Cada pequeño aporte de ideas, propuestas, “inspiraciones” que rescaten la verdadera esencia de la educación (1) es parte fundamental para la gran transformación que nos está aguardando en este momento de nuestra historia humana y planetaria.

Agregaría que no sólo los sistemas educativos que sustentan la cultura del miedo nos alejan de la experiencia de la PAZ sino que también lo hace cualquier visión que se vincule a la violencia, la manipulación, el egoísmo, la especulación, el ocultamiento y la desvalorización del ser humano y de la vida, en cualquiera de sus aspectos.

Carmelo Urso: ¿Cuáles deberían ser, a tu entender, los pilares de un sistema educativo que promueva una Cultura de la Paz?

Mónica Shocron: La Cultura de Paz es un sistema de vida que se manifiesta a través de valores, actitudes y conductas, en el cual prevalecen la coherencia entre sentir-pensar-actuar; la armonía, el respeto mutuo, el ejercicio cotidiano de la responsabilidad, la experiencia diaria de la unidad en la diversidad, la comunicación armoniosa y el reconocimiento de una identidad humana en la que se integran los aspectos bio-psico-espiritual, planetario y cósmico.

Educación para la Paz: coherencia entre sentir, pensar, actuar...

Un sistema educativo que promueva la Cultura de Paz precisa focalizar su atención en estas consideraciones e implementar recursos y modalidades que sean consonantes con su espíritu.

Por ejemplo, la comunicación es uno de los recursos básicos para la convivencia y el intercambio. Por lo tanto, ser cuidadosos a la hora de elegir nuestro lenguaje (verbal/no-verbal) para transmitir los mensajes, se convierte en uno de los pilares para ser considerado por una Educación que promueva la Cultura de Paz.

Quiero mencionar en este sentido al “Léxico Cultura de Paz”, que es uno de los proyectos en acción del Consejo de Paz de la República Argentina, del cual soy miembro fundador. A través de este proyecto pretendemos –entre otros objetivos- crear conciencia de la importancia de sostener nuestra coherencia entre el lenguaje verbal y no-verbal y el espíritu de la Cultura de Paz. Es interesante conocer esta propuesta con más detalles, para lo cual invito a visitar nuestra web: www.consejodepaz.org.ar/iniciativas/proyectos

(1) educar es sacar a la luz lo esencial de cada ser humano

Cada vez que nos expresamos verbalmente ponemos en movimiento la energía de las palabras que utilizamos; las palabras tiene un poder creador y producen efectos; creo que tod@s podemos testearlo a diario. Y no sólo las palabras, sino también los gestos, las expresiones corporales, las miradas, el tono de voz… todo lo que acompaña al lenguaje verbal, refuerza su energía y sus efectos.

En las actividades prácticas de las experiencias con la comunicación, muchas veces incluimos la vivencia corporal de la energía de las palabras y del lenguaje en general, para testear los efectos que ellas producen en nuestra fisiología, en nuestro cuerpo. Es muy interesante la devolución de quienes participan, porque las respuestas que nos ofrece el cuerpo son “visibles”, se pueden “sensar” (testear con los sentidos); nos transmiten información que nos guía en la búsqueda de respuestas y así podemos ir monitoreando efectos y sacando conclusiones.

Educar es sacar a la luz lo esencial de cada ser humano

En una Educación para la Paz el tema de “ser conscientes”, es un importante porque contribuye a la evolución del ser humano. Y, para “volvernos seres conscientes”, precisamos ejercitar la mirada interna, la observación y audición conscientes y desarrollar la conciencia testigo. A su vez, para lograrlo, es necesario generar el hábito del uso cotidiano del espacio de silencio personal. Entonces, éstas son más pautas para tener en cuenta e involucran tanto a docentes/directivos como alumnos.

Un sistema educativo para la PAZ también procura fortalecer la identidad individual dentro de contexto mayor de identidad compartida, que emana de ser ciudadanos planetarios y universales integrados en una unidad cuerpo-mente-sentimientos-espíritu.

¿A qué me refiero al hablar de identidad compartida? A la existencia de un rasgo humano común por ser seres corporales, mentales, emocionales; seres bio-psico-físicos y espirituales. Además compartimos otros rasgos que nos hermanan con nuestro planeta y con todos los seres que lo habitan; este, es el aspecto planetario de nuestra identidad compartida. Y llegamos luego a los rasgos que nos unen al resto del Universo, que nos vinculan con lo transpersonal, lo trascendente, lo Infinito, con lo que está más allá del espacio-tiempo; podríamos llamar a este aspecto “cósmico”. (2)

(2) Edgard Morin nos habla –en este sentido- de la “triple identidad”.


Una educación focalizada en la Cultura de Paz ha de facilitar la “vocación en acción”, es decir, implementar aquellos recursos que permitan a cada alumno encontrar el camino para expresar la voz del alma y vivenciar la experiencia profunda de ser digno de SER y sentirse digno de SER.

CarmeloUrso: Sabemos que desde hace años desarrollas la propuesta educativa “Semillas para la Vida”. De ella escribes en tu blog http://semillasluzparalavida.blogspot.com/ que pretende: “Construir puentes entre lo tangible y lo intangible, ver con el corazón, crear el hábito del espacio de silencio interno, compartir-descubrir-inspirar-co-crear, vivir plenamente la experiencia de SER”. ¿Podrías explicarles a los lectores y lectoras de Iberoamérica en qué consiste esta propuesta tuya y cómo la has ido promoviendo en tu país, Argentina?

Mónica Shocron: “Semillas para la Vida” es una propuesta educativa que revela un modo de ver, sentir, pensar, vivir y también, de soñar la vida. La fuente de inspiración ha sido mi propia vida y mi experiencia personal como docente, como alumna y también, como profesional (3) en ámbitos públicos y privados.

“Semillas para la vida” es para mí un camino con corazón, un camino de aprendizaje que fui -y sigo- transitando como aprendiz de la vida. Es un todo orgánico y flexible que está en constante movimiento y transformación y procura fluir con los ritmos de la vida, atendiendo las necesidades de sus destinatarios. Es una propuesta para transitarla en cuerpo, alma, mente y corazón.

Haciendo un poco de historia… puedo contarles que comenzó siendo una serie de talleres temáticos referidos a educación en valores, ecología, convivencia, comunicación, creatividad, salud, desarrollo del ser humano y expansión de la conciencia. Con el tiempo, los contenidos de los talleres fueron formando parte de cursos de capacitación para docentes y directivos y cursos de apoyo extracurriculares para alumnos de todos los niveles.

(3) Maestra Normal Nacional, Lic. en Ciencia Política y Relaciones Internacionales, Master en Relaciones Públicas, Dinámica Grupal y Comunicación, Master en Programación Neurolingüística. Estudios sistemáticos complementarios: Medicina Tradicional China, Terapias corporales y respiratorias, música, artes plásticas, , yoga, danzas clásicas, danzas contemporáneas, danzas circulares.

“Semillas para la Vida”, al implementar sus actividades, se fue relacionando con otras organizaciones/instituciones y formando parte de redes vinculadas a la educación para la paz, convirtiendo este tramo del camino en un proceso sumamente enriquecedor, en el cual la inspiración de un@s se retroalimenta con la inspiración de otr@s. Esto va generando un movimiento continuo, expansivo, pulsante, vital que nos posibilita compartir caminos, co-crear, ser mutuamente fuentes de inspiración y descubrir a cada paso una infinidad de posibilidades que nos permiten crecer juntos y desarrollarnos como seres plenos, únicos y partes de un todo mayor, tendiendo –de algún modo- puentes entre lo tangible y lo intangible, entre lo concreto y lo sutil.

Me gusta describir la acción de “Semillas para la Vida” como una “educación peregrina” porque sus propuestas van hasta donde la vida las llama; es decir, si el llamado llega desde San Luis, Córdoba, Rosario, Salta… allá vamos con los talleres, seminarios, capacitaciones; si es desde Brasil, Uruguay, Colombia, lo mismo… y así, donde sea que aparezca la necesidad de compartir, transitar y experimentar aquello que “Semillas para la Vida” tiene para brindar e integrar a otras “inspiraciones compartidas”.

“Semillas para la Vida” : educación peregrina

Esta modalidad me enriquece personalmente, en todo momento y en todos los aspectos de la vida; me permite profundizar el ejercicio cotidiano de la conciencia testigo, contribuye a mi flexibilidad, apertura, atenta observación; a la experiencia de “ser en libertad”, a la posibilidad de responder rápidamente a las necesidades que se plantean en mi entorno –cercano o lejano- dejándome fluir y simultáneamente, organizándome interna y externamente para generar propuestas acordes con ellas, propuestas “con sentido”.

“Semillas para la Vida” se organiza en 5 proyectos en acción, que incluyen talleres, seminarios, cursos, trabajos en red y experiencias de convivencia y que son:

*Escuelas para la Vida (capacitación para docentes; entrenamientos para alumnos, integración familia-escuela-comunidad)

*Triple Identidad (desarrollo del Ser y expansión de la conciencia- Anexado a la nueva propuesta “A la LUZ de la VIDA” http://alaluzdelavida.blogspot.com)

*Educación para la Salud (una propuesta de educación en salud con visión holística)

*Voces del Alma (vinculado a la expresión a través del arte, la fotografía, la música, las danzas circulares y sagradas)

*Senderos del Alma (turismo para el alma, el cuerpo y el espíritu)

Las propuestas se realizan en centros educativos y espacios adaptados a finalidades específicas y sus destinatarios son

niños-adolescentes-jóvenes-adultos-escuela-familia-comunidad. http://semillasluzparalavida.blogspot.com

Embajadora de Paz Distinción otorgada por Mil Milenios de Paz y la Fundación PEA y “Semillas para la Vida”, Embajada de Paz

Carmelo Urso: En tu artículo “A la Luz de la Vida” señalas: “Si damos un paseo por la memoria del proceso creativo, iremos de los símbolos a la realidad concreta; de los reflejos a la visión clara y directa; de la penumbra hacia la luz; del silencio al sonido y los armónicos; de la contracción a la expansión; de lo informe a los colores y las formas y de la quietud al movimiento vital, para regresar –luego- al Principio.”

En lo personal, ¿qué entiendes por “proceso creativo”? ¿Se trata de algo espontáneo o de algo que puede inducirse? Nuestros sistemas educativos ¿suelen promover la creatividad de los educandos? ¿Qué relación tienen la creatividad y la Paz? ¿Y cuál es esa “realidad concreta” que el proceso creativo nos permite experimentar?

Mónica Shocron: “A la LUZ de la Vida” es algo así como un “brote” de “Semillas para la Vida”. Sucede que a medida que fui viviendo y transitando cada trayecto educativo, sentí la imperiosa necesidad de profundizar ciertos aspectos vinculados a la Espiritualidad Práctica e integrarlos a la educación formal y a la educación permanente. Así, nació “A la Luz de la Vida” (http://alaluzdelavida.blogspot.com), incorporando otros temas como Meditación, Mandalas, Danzas Circulares, Terapias Corporales, Salud, Nutrición, Cocina para la Vida, revitalizando la propuesta de educación para la paz y profundizando su proceso creativo.

Danzas circulares

Un proceso creativo nos vincula con la gestación, el nacimiento, la inspiración, la creación y -tal como le ocurre al artista, al músico, al creativo en general- sentimos, percibimos una idea que, después de atravesar un proceso, se plasma en la realidad, se concreta en una acción que puede ser un proyecto, una canción, una melodía, una obra de arte…

La inspiración es su origen, su punto de partida, el instante en que nace ese proceso; es el momento en que nos conectamos con la fuente de creación. La experiencia del proceso creativo puede darse independientemente de nuestra intención pero también, podemos disponernos para que ocurra. A veces, la inspiración nace cuando menos lo esperamos y nos pone en movimiento para crear, dar forma a algo, procesar ideas, hacer o no hacer, concretar.

¿Viste cuando comenzamos a hacer garabatos en un papel? Ni siquiera lo hacemos conscientemente… la mano y el lápiz simplemente se deslizan por el papel, el movimiento fluye más allá de nuestra intención pre-pensada. De pronto… guau! Hemos dibujado algo; aparecen formas y descubrimos que tienen un leguaje simbólico al que podemos encontrarle un sentido útil!!! Hemos facilitado -de algún modo- el descenso de contenidos transpersonales a niveles de nuestra conciencia de vigilia.

Esto que hicimos espontáneamente, también podemos inducirlo. Podemos generar intencionalmente un espacio adecuado para conectarnos con nuestro ser creativo, con la intuición y nuestra capacidad perceptiva. Podemos hacerlo a través de la respiración, la ambientación del espacio con luz, aromas, sonidos… En fin, existe una multiplicidad de recursos que pueden facilitarnos un ámbito adecuado para “crear”.

Muchas veces estamos en medio de una situación “sin salida”… damos vueltas en nuestra mente, pensamos y re-pensamos, pero no encontramos claridad para la acción. De pronto, “nos abandonamos”, “nos entregamos” y… como por arte de magia, nos llega la idea “salvadora”!!! Y aparece otra idea y otra… y se va tejiendo la trama de un proceso que nos lleva a encontrar la salida. Esto también es un proceso creativo.

Actualmente, los sistemas educativos están más abiertos al uso de recursos innovadores para facilitar la creatividad, pero aún hay mucho por hacer en este sentido. Tal vez los sistemas educativos sí tienen la intención de promoverla pero los docentes precisan consolidar primero esta habilidad en sí mismos para poder transmitirla.

Necesitamos estimular el desarrollo de nuestra flexibilidad, ser capaces de abandonar las viejas estructuras conocidas, soltar amarras, remontar vuelo y entregarnos a experiencias inéditas, o rescatar aquellas casi olvidadas, algunas consideradas tal vez, primitivas (liberación de la voz, experiencias con los sonidos, danza, expresión corporal…) pero capaces de conectarnos con nuestra esencia creativa -capacidad innata- que hemos olvidado o tapado con tanta información lineal (intelectual), con tanta estructura inmóvil.

Hemos sido formados dentro de una cultura de estructuras y rigideces y hoy, los cambios que se suceden rápidamente en la vida planetaria, han de ser acompañados por nuestra flexibilidad mental, por nuestra rapidez para responder a las necesidades de cada instante, nuestra habilidad para cambiar de dirección en el mismo momento en el que aparezcan las señales para hacerlo. Esto es fluir con los procesos de la vida. Es el tiempo de confiar en ellos, de sintonizarnos profundamente con ellos, de dejarnos guiar por la intuición y la percepción, por esa voz “en off” -la de nuestro guía interno- y apelar a la sabiduría de nuestro propio ser.

Si bien percibo que la Paz anida en el corazón de cada ser humano, a veces se nos escapa de la conciencia; podríamos hacer una analogía entre la vida, el proceso creativo y la paz.

Estimados lectores y lectoras: la semana entrante continuaremos este profundo e interesante diálogo de Educación por la Paz con nuestra amiga argentina Mónica Shocron. ¡Hasta entonces!

4 comentarios en ““LA CULTURA DE LA PAZ ES UN SISTEMA DE VIDA EN EL QUE PREVALECE LA COHERENCIA ENTRE SENTIR, PENSAR Y ACTUAR” (ENTREVISTA A MÓNICA SHOCRON PARTE I)

  1. Señor Carmelo, muy bello e interesante lo expuesto,
    lástimma que no se practique o no lo practiquemos
    en nuestro País y en algunos otros del Planeta…
    Atentamente Lilajosé

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    1. Amiga, muchas gracias por tus conceptos. Mucho hay que trabajar para construir la cultura de la Paz en nuestro mundo y ningún esfuerzo, especialmente cuando tiene la excelencia de lo realizado por Mónica, es pequeño y en vano…

      Saludos,

      Carmelo Urso

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  2. «paz del corazón».

    Y ahora que no te puedo ver,
    desnudo del alma quedo,
    en jirones de llanto y risas,
    como contrastes de esta razón.
    Busco encontrarte y recurro,
    a la luz del corazón. Y
    vestirme de harapos me levante y te diga,
    gracias por la paz de este inmenso amor.

    Con cariño y gratitud. Gerardo.

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