Cierto día se encontraron el león y el ciervo en un abrevadero. Ambos intentaban, bajo el intenso sol, saciar su sed.
El león, apenas llegó, se dirigió al ciervo:
-Te agradezco te retires, tengo mucha sed y debo saciarla. No me gusta ser molestado mientras satisfago mis necesidades.
El ciervo respondió:
-Disculpe señor león, yo llegué aquí primero que usted y no entiendo por qué su sed debe ser saciada primero que la mía. El sol nos ha fatigado por igual a los dos y la sed que siente usted es la misma que siento yo; además, el abrevadero es libre y no hay ningún cartel que diga: «primero debe beber el león».
El león dirigió una mirada intensa al ciervo y contestó:
-Tienes razón, calmemos nuestra sed, a veces se me olvida que mis necesidades son también las necesidades de todos los que compartimos este bosque.
Se pueden evitar los enfrentamientos si sabes comunicarte con educación, respeto y empatía.
Muy linda reflexión
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