RELACIONES AMOROSAS

JESÚS EN ACUARELA

Jeshua canalizado por Pamela Kribbe
http://www.jeshua.net

Traducción del inglés por Sandra Gusella

Queridos amigos,

Soy Jeshua. Los saludo a todos con sinceridad. Estoy aquí con mi corazón pleno. Quiero compartir con ustedes, porque ustedes son mis hermanos y hermanas y siento una profunda afinidad con ustedes. No soy ni superior ni más que ustedes, somos uno.

Nos embarcamos juntos a plantar la semilla de la energía Crística en la Tierra, una semilla que con el tiempo lentamente crecería y brotaría a una flor totalmente madura. En esta época en la Tierra culmina este viaje. Es el momento en el cual muchas plántulas comienzan a desarrollar, y de muchas maneras ustedes son las flores en ciernes. Juntos formamos una unidad, un colectivo de almas quienes se dedican al nacimiento de una nueva conciencia. Entonces no me vean más como a un maestro por encima de ustedes, sino como a un amigo quien los sostiene de la mano y quiere compartir con ustedes su amor, porque yo los amo profundamente.

Ustedes desean intensamente el amor. Lo buscan en las relaciones con los demás, y también a través de la conexión con lo divino. Pero en verdad lo que están clamando yace dentro de ustedes; es su propia naturaleza divina, la parte de ustedes que es una con la alegría y el amor incondicional. Cuando experimentan esta parte vuestra, se siente como volver al hogar. Todo lo demás en vuestras vidas se vuelve fácil, liviano y alegre. Son uno con ustedes mismos y no necesitan nada fuera de ustedes para sentirse bien. Son una unidad por sí mismos – y aun así se sienten conectados con todo lo demás de un modo íntimo y profundo.

almas gemelas

Lo que es paradójico acerca de las relaciones es que ustedes sólo pueden estar íntimamente conectados con otra persona si son capaces de abrazar la unidad dentro de ustedes mismos. Si están listos para aceptarse, con las cargas del pasado, con vuestros altibajos – entonces hay espacio para otra persona con su individualidad única. Entonces ya no están usando a la otra persona para volver al Hogar. En cambio, comparten el Hogar que llevan dentro de su corazón con la otra persona. Esta clase de relación pasa a ser una celebración conjunta, un compartir, y es una relación sanadora, ya sea con una pareja, con un amigo, o un hijo; no hay ninguna diferencia esencial. Sin embargo, las relaciones de amor – relaciones de pareja – son las relaciones que más piden de ustedes. Los tocan profundamente y agitan profundas emociones, porque ellas parecen sostener la promesa de volver al Hogar como ninguna otra relación lo hace.

Antes de hablar acerca de las relaciones amorosas, quisiera recordarles que el Hogar que ustedes añoran, esa unidad original de la cual ustedes nacieron como un alma, no está lejos. Pueden decir que en el reino del tiempo fue hace muchísimo tiempo que iniciaron su partida, simbólicamente hablando, del Paraíso. Cuando ustedes tomaron su propio camino como un “alma en un cuerpo” y eligieron una cierta forma en la cual manifestarse y someterse a experiencias y visitar diferentes lugares en el universo.

Cuando nacieron como un alma individual y emprendieron vuestro viaje, ustedes renunciaron a esa unidad primordial, la cual pueden imaginar como un cálido manto de luz y amor que era tan familiar para ustedes. Una unidad donde siempre sentían la presencia segura de un Padre-Madre-Dios, y entonces nunca tenían miedo de estar solos o de ser rechazados. Estos conceptos “negativos” ni siquiera estaban en vuestra comprensión, y sin embargo un poder arquetípico estaba trabajando en Dios quien les dio a luz desde el útero de esta unidad Padre-Madre-Dios.

almas gemelas 2

¿Cuál fue el propósito de ese nacimiento? ¡El que todos pudieran llegar a ser dioses independientes! El que ustedes mismos pudieran convertirse en el punto de partida de una fuente Padre-Madre-Dios de calidez y amor desde la cual una infinidad de seres fuesen creados y emergiesen. Pero la despedida en el comienzo llegó a ustedes como una conmoción. Se dieron cuenta de que con esta separación de la unidad venía el conocimiento de que para verdaderamente experimentar el proceso de evolución, no podían saber nada de antemano. Comprendieron que sólo podían separase de la unidad primordial siguiendo únicamente su propio camino como un alma individual, quien por primera vez se familiariza con el miedo, la desolación y la oscuridad de no saber y no comprender.

Ustedes aún acarrean esa experiencia original de desolación y soledad, la cual puede surgir muy fuertemente en la arena de las relaciones amorosas. Pero antes de abordar esas relaciones, quiero recordarles que tienen la posibilidad de experimentar esa conexión primordial en todo momento. Cuando se duermen sin sueños, ustedes dejan vuestro cuerpo y se conectan con la fuente más profunda de la cual vienen, con Dios, si quieren llamarlo así, o con vuestro núcleo más profundo: esa parte vuestra que nunca deja el Paraíso y aún está ahí. Aunque lo dejaron hace billones de años, la unidad aún está dentro de ustedes; es una parte inalienable de vuestra conciencia. Durante la noche, si vuestra mente no está demasiado activa y se rinden al sueño y a los reinos no físicos a los que entran, entonces, a medida que dejan vuestro cuerpo, asimilan esa Fuente y de este modo se refrescan. También en vuestra vida diaria, pueden establecer la conexión con esta realidad del espíritu divino, de la cual son una parte íntima. Volviéndose muy serenos, pueden sentir esa presencia aquí y ahora. Los invito a sentir cómo juntos, como uno, todos nosotros constituimos una parte de ese rostro original de Dios.

Imaginen que en el medio de vuestro pecho, en vuestro chacra del corazón, hay un cristal brillante, hermoso. Imagínenlo ahí y sientan su poder: un cristal puro, claro en el cual todas las caras simultáneamente reflejan vuestras numerosas experiencias. Este corazón de cristal también está conectado con todo lo que los rodea. Los sentimientos que reciben de los demás pueden ser reflejados por este cristal, y así al recibir sus estados de ánimos y emociones a través del cristal, llegan a comprender a los demás. Desde este corazón de cristal ustedes comprenden las experiencias de los demás: sus penas y decepciones son claras para ustedes.

Erleuchtetes Anahata Chakra

Este corazón de cristal está conectado a los corazones de todos los seres vivos, porque todos somos uno. Y sin embargo ustedes también pueden sentir que este corazón, que llevan en vuestro pecho, les pertenece: es vuestro corazón del alma. Sientan cómo ambos aspectos van juntos. Están conectados a nivel del corazón – un campo horizontal que los conecta con todo lo que está vivo – de modo que no hay separación ya que todos somos uno. Sin embargo ustedes también son “uno”, queriendo decir que ustedes son ustedes, y nadie más es exactamente como ustedes. Son un ser individual y hay una línea vertical que los conecta directamente con vuestra Fuente, con Dios. Están en este cuerpo físico, el cual es el portador de vuestro corazón, vuestra propia pieza de la conciencia de Dios.

Sientan la inmensidad de este cristal: la conciencia infinita que les pertenece y aun así puede ir a donde quiera. No está atada a este cuerpo, aunque ahora está en este cuerpo, temporalmente, pero es una energía tan vasta que finalmente no está atada a ninguna forma. Ustedes son esta conciencia; han traído una pieza de la fábrica divina del Padre-Madre-Dios con ustedes aquí a la Tierra. Están enteros y completos dentro de ustedes mismos, y son los guardianes de este corazón de cristal. Recuerden esto, mientras ahora examinamos el tema de las relaciones amorosas.

Cuando ustedes se enamoran de otra persona, a menudo se vive una experiencia intensa de encanto al comienzo de la relación. Parece como si algo se abriera dentro de ustedes, algo que estuvo mucho tiempo escondido y que sólo puede ser descubierto por la mirada de ese otro. Las demás personas no parecen ver ese “algo” dentro de ustedes, pero vuestro ser amado despierta la belleza desnuda de quienes son. Regresa vuestra pasión y entusiasmo por la vida, se sienten vistos y amados, y van a experimentar vuestra propia profundidad – vuestra maravilla. Eso es lo que ustedes experimentan en la infatuación. Y aunque parece tener que ver con el otro, en realidad tiene que ver con ustedes, con lo que el otro evoca dentro de ustedes, lo cual es delicioso, ¡un milagro! Sólo entonces parecen estar despiertos y sentir cuánto tienen para dar y cuánto pueden ser amados.

corazón de luz

En ese momento, las personas usualmente se intoxican con la admiración y la maravilla de esta infatuación que experimentan, y se atan ciegamente a la persona que despertó este sentimiento dentro de ellos. Ella o él tiene la “varita mágica” en sus manos, y lo que al comienzo llevó a una revelación, y a un sentimiento amoroso hacia ustedes mismos tanto como hacia el otro, gradualmente lleva a perderse de uno mismo, ya que se vuelven totalmente enfocados en el otro.

Entonces comienza una batalla con el otro. Ustedes querrán poseer la parte de ellos que los hace sentir tan bien. Y el otro a manudo hace lo mismo con ustedes, y ambos se van confundiendo inmensamente por esta lucha de tirar de la cuerda. De esta manera, lo más elevado que pueden darse uno al otro finalmente saca lo más bajo, a saber, los celos, la dependencia y las luchas de poder. Ésta es una caída extremadamente dolorosa que casi todos han experimentado en su vida.

¿Cómo sucede esta caída? Hay dos partes dentro de ustedes. En ese corazón de cristal que describí, hay un amor en ustedes que puede ver al otro exactamente como él o ella es, y que puede experimentar la belleza que hay ahí. Desde este espacio en vuestro corazón, pueden entrar a una conexión constante y equilibrada uno con otro, en la cual ustedes reconocen lo divino en cada uno y en la cual además no pierden de vista lo humano en cada uno. Ustedes le permiten al otro su dolor, su desconfianza, sus decepciones y su resistencia.

tristeza

Pero en vuestro vientre hay otra energía en juego, algo que puede ser muy fuerte, una fuerza destructiva en la infatuación. Yo llamo a esta energía el niño interior abandonado, quien lleva dentro un dolor muy fuerte y profundo que va hacia atrás a ese dolor original del nacimiento cósmico de dejar la unidad Padre-Madre-Dios. Este niño también despierta cuando ustedes se enamoran, y este niño tiene muchas emociones que pueden oscurecer vuestro corazón. Estas emociones pueden envolver al corazón de cristal y nublar el hecho de que ustedes son la fuente de la delicia y dicha que experimentaron en las etapas iniciales del amor romántico. Esos sentimientos tenían que ver con ustedes y el espacio que ustedes se dieron a sí mismos, lo cual se hizo posible por el otro, pero aun así tiene que ver con ustedes.

Sin embargo, el niño en ustedes, quien está dolido y clamando por la atención, el amor, y el reconocimiento que ha perdido hace tanto tiempo, puede estar tentado a tomar del cuello a su pareja; quiere agarrarse a toda costa para obtener por sí mismo lo que le falta. De este modo, el niño y el corazón de cristal pueden terminar en dos lados opuestos. Lo que al principio parecía ser muy hermoso, se vuelve una relación destructiva donde van a pelear uno con otro y a entrar en una lucha que nadie quiere, pero que de todos modos sucede.

En el momento en que la magia amenaza con desaparecer, ustedes pueden llegar a desesperarse. A toda costa quieren aferrarse a su pareja, porque alguna vez sintieron una sensación de amor absoluto con esa persona. Van a pelear para agarrarse de ellos, y vuestros viejos dolores, vuestras emociones de ira, de miedo al abandono, incluso odio, pueden entrar en jugo. Incluso entonces es muy difícil soltar a la otra persona, porque serán movidos por un recuerdo de cuán bueno fue cuando todo estaba en armonía.

tristeza 2

En esta etapa es muy importante que sepan cuándo soltar. En el momento en que sienten que vuestra relación entra en una espiral descendente, y que van a acusarse y a culparse uno al otro, es momento de dar un paso atrás. Pueden hacerse tanto daño uno al otro, precisamente porque se han tocado uno al otro tan profundamente, y ese dolor es difícil de curar.

Entonces atrévanse a dar un paso atrás cuando sientan que están fuera de control, que están siendo arrastrados por emociones que les impiden acercarse a vuestra pareja con un corazón abierto. Pueden sentir un profundo miedo a ser abandonados, o justo lo opuesto: un miedo a conectarse tan profundamente con alguien que se pierden en eso. Puede haber otras emociones tales como la ira o los celos, pero lo que es importante es que se den cuenta de cómo las emociones más intensas tienen que ver más con ustedes que con la relación. La relación dispara las emociones, pero ellas mismas derivan de causas más profundas.

Lo que importa ahora es que ustedes se vuelquen hacia el niño interior herido y abandonado, quien es la causa real de su desequilibrio emocional. Hacer esto no es responsabilidad de vuestra pareja. Y ustedes tampoco son responsables del niño interior de vuestra pareja. Hacer a alguien más responsable de su dolor y esperar que ellos lo sanen lleva a una enorme confusión en las relaciones.

Entonces, ¿cómo pueden ver cuando la relación, la cual inicialmente fue una unión amorosa, está yendo mal y se está volviendo desequilibrada? En realidad, hay signos claros, y una de las formas de descubrirlo es hacer un ejercicio simbólico con su niño interior.

dos corazones

Imaginen que en este momento están parados frente a vuestra pareja. O tomen a alguien que sea muy importante para ustedes, si actualmente no tienen pareja, y permitan que su niño interior se pare a vuestra izquierda. Simplemente imagínense como un niño en algún lugar a la edad de diez años, y quédense con ese niño a vuestra izquierda opuesto a vuestra pareja. Ahora vean cómo responde el niño a vuestro ser querido. Observen la primer reacción de ese niño. Pregúntenle al niño: “¿Qué te atrajo a él o a ella? ¿Qué encuentras tan irresistible? ¿Qué fue lo que tocó tu corazón, qué te fascinó? Y luego pregunten: “¿Cómo te sientes ahora?”.

¿Le sucedió algo a esa cualidad original? ¿Aún puede el niño sentir ese amor? En una relación sanadora, esa cualidad única aún está muy presente. Aún los alimenta, aún los abriga, mientras que al mismo tiempo vuestra pareja ha adquirido una forma más humana, con sus propios problemas y altibajos. Sin embargo, algo de esa magia original aún está ahí, y debido a esa magia, los problemas pueden ser superados. Si ustedes notan que la magia está ausente, si vuestro niño interior en realidad no se siente amado o se siente tratado injustamente, entonces está pasando algo que necesita vuestra atención. Tómense el tiempo para descubrir esto con vuestro niño interior.

Para aclarar la situación, suelten la imagen del niño interior y ahora imaginen que están en frente de la pareja que han elegido y miren cómo la energía de dar y recibir fluye entre ustedes. Primero, vean qué es lo que le dan al otro y siéntanlo, y no tiene que ser expresado en palabras, mientras lo sienten. Observen lo que fluye hacia ustedes desde el otro, y sientan cómo se sienten en este momento. ¿Se sienten más energizados debido a este dar, o se sienten vacíos y exhaustos? ¿Es inspirador dar, o ustedes se quedan agotados al hacerlo? Sosténganse en ese primer sentimiento.

Luego de observar lo que ustedes le dan al otro, observen la interacción inversa. ¿Qué es lo que reciben del otro? Tan sólo confíen en vuestro primer sentimiento a medida que viene a ustedes. ¿Se siente bien lo que reciben? ¿Hace que vuestro corazón se abra más? ¿Se sienten más felices con ustedes mismos como resultado de lo que reciben? La esencia de una relación sanadora es que el otro les da algo que crea alegría en vuestro corazón.

mandala corazón

Finalmente, hay otro signo de una relación destructiva. Desde vuestro plexo solar – un lugar cerca de vuestro estómago – sientan una “cuerda” de energía que los conecta con el otro. Si son sensibles, tal vez puedan experimentar esa cuerda. Lo que están buscando es el sentimiento de que ustedes necesitan poseer al otro; que cunda el pánico ante la idea de que el otro no esté más aquí; que algo tira de la cuerda. Si ustedes sienten eso, entonces eso es esencialmente una cuerda energética umbilical que los conecta con el otro, y que les da el sentimiento de: “yo lo necesito, no puedo hacerlo sin él o ella”. Ese sentimiento de pánico les muestra que no operan de forma independiente, o al menos piensan que no son capaces de hacerlo sin el otro, y tal dependencia puede conducir a una relación destructiva.

En una relación sanadora, es natural extrañarse mutuamente si de un modo u otro fuesen separados. Es natural disfrutar y por lo tanto añorar la compañía del otro. Ustedes pueden querer al otro, pero no necesitan al otro. Pero en una relación destructiva, hay en juego algo maligno. Hay un sentimiento de que ustedes no pueden hacerlo o estar sin el otro, que son dependientes del otro para vuestro bienestar – ¡tal vez para vuestra propia vida! – y esto sustancialmente los debilita. Hay un profundo miedo de posible rechazo por parte del otro, y eso los hace sentir pequeños y constreñidos, y toda la relación ya no tiene ese espacio alegre y esa libertad que tenía al principio.

Traten de sentir estas cosas por ustedes mismos, calmadamente, a vuestro propio modo. Y no tengan miedo de hacer espacio en la relación para permitirse sentir esta clase de cosas. Porque una vez que se hallan en una espiral negativa en una relación, a menudo es necesario que las personas se distancien una de otra, físicamente y emocionalmente, para darse cuenta dónde está parado cada uno. En ese momento no suele ser útil tratar de hablar las cosas. Es necesario que vuestros campos energéticos primero se liberen uno de otro para ganar el espacio suficiente que les permita volver al centro de vuestro corazón de cristal. Desciendan con vuestra consciencia dentro de ese hermoso cristal claro que es vuestra esencia. No dependan de otros para experimentarlo en ustedes; está ahí para ustedes – siempre. Es el susurro de Dios que pueden oír en el silencio.

Sientan entonces cómo, desde el cristal, irradian rayos de luz hacia el niño en ustedes que aún sufre dolor y quien aún está buscando fuera de sí mismo la aceptación, el amor y la seguridad. Dejen que vuestros rayos de luz caigan sobre el niño, y literalmente pueden ver que la luz del cristal parece anclarse al fluir más y más profundo hacia abajo hacia vuestro vientre y todo el camino hacia abajo a través de vuestras piernas hacia la Tierra.

Ésta es vuestra luz, ¡vuestra Luz del Alma única! Están aquí para experimentar esta luz en un cuerpo en la Tierra. Vuestra luz particular es única, es vuestra Luz de Ángel, y si permanecen conectados a ella, entonces atraen relaciones amorosas a vuestra vida. No tienen “necesidad” de otro. Y además tampoco tienen necesidad de hacer del otro algo “perfecto”: alguien quien finalmente los ve a ustedes en la perspectiva de vuestro deseo, y quien incondicionalmente los comprende y los abraza del modo que ustedes quieren que lo haga.

El amor y la aceptación incondicional van a ser encontrados sólo en vuestro propio corazón – por y para ustedes mismos. No carguen a otro con ese deber. Ese amor incondicional es algo entre ustedes y vuestro Ser. Esto sólo pueden dárselo a ustedes mismos, y cuando lo hacen, se volverán una fuente de amor para los demás, porque entonces ustedes se habrán vuelto completamente honestos y verdaderos con ustedes mismos. Se aman a sí mismos, incluyendo la parte oscura: ese niño en ustedes quien a veces lucha y está atormentado.

Cuando ustedes se aman a ustedes mismos, les resulta más fácil ver a la otra persona bajo una perspectiva real. Ya no tienen que tomarse tan personalmente las cosas ofensivas o hirientes que a veces él o ella dice o hace. Sus acciones o reacciones les pertenecen a ellos, y se vuelve más fácil no responder tan emocionalmente a eso. La otra persona ya no es responsable de la salvación de vuestra alma – ustedes lo son. Ustedes son los maestros de vuestro mundo, de vuestra realidad.

Todos ustedes están en este camino de autorrealización, y ya están tocando a otras personas con vuestro corazón de cristal: les están dando chispas de amor y de esperanza. Les agradezco por venir a la Tierra en esta época, en este período de cambio y de transición. Estoy con ustedes y me preocupo por ustedes profundamente. Son mis hermanos y hermanas, y los amo.

© Pamela Kribbe
http://www.jeshua.net

Sitio en español:
http://www.jeshua.net/esp

mandala paz

LA ORUGA

Chenille de Macaon

Gerardo Díaz Díaz Infante

La oruga
nace en esta tierra y
en ella crece y se alimenta; Vive
esperando su transformación
con esperanza, paciencia y amor.

Sube al árbol
y el sol y la luna
con hilos de amor la anidan; y un día
la despierta el sonido alegre de un pájaro.

Se ve llena de vida y alegría
con alas de hermosos colores; y vuela feliz
llevando un sabio mensaje a todos los hombres.

Que en su interior
está una divina mariposa,
que la busquen con fé como lo hizo ella,
trabajando de día y noche, con la luz del corazón.

oruga 2

EL PÁJARO Y EL ÁRBOL

pájaro en la rama

Gerardo Díaz Díaz Infante

Vuela feliz el pájaro y en su
pico lleva una semilla;
El viento se la quita y la
semilla cae a la tierra y la
luna en silencio la germina.

Días y noches transcurrieron y
una mañana se presenta a la
vida como un alegre tallo. Crece
en amores al latido de todos los
corazones; y de ellos se forma
un árbol, con grandes hojas,
dulces frutos y bellas flores.

Y desde entonces anida el pájaro
una vez al año, y agradece al sol
por la luz que envuelve al árbol,
por las semillas que lo alimentan
y la almohada en cada rama que
lo duerme con dulces sonidos del
viento que lo arrullan como un manto.

HISTORIAS DE ÁNGELES

WALLPAPERS[RU]. Art Pack 07'2002

Las cosas no son siempre lo que aparentan

Autor: Anónimo

Dos ángeles que viajaban pidieron refugio en el hogar de una familia rica para pasar la noche. En lugar de ubicarlos en el cómodo cuarto de huéspedes de la mansión, el potentado los hospedó en el frío del sótano, donde ni siquiera camas había. Antes de echarse a dormir en el suelo, el ángel más viejo se percató de un agujero que había en la pared y con su poder celestial lo reparó y lo selló. Cuando el ángel más joven le preguntó por qué había arreglado el muro, el ángel viejo le contestó: «Las cosas no son siempre lo que parecen».

Un día después, los ángeles se hospedaron en un hogar muy pobre, pero el granjero y su esposa eran muy hospitalarios. Después de compartir el poco alimento que tenían, los esposos cedieron su lecho a los ángeles para que durmieran cómodos el resto de la noche.

A la mañana siguiente, los ángeles encontraron al granjero y a su esposa sumidos en honda tristeza: su única vaca, de la cual obtenían dinero por la leche, yacía muerta en el campo. Molesto, el ángel joven le preguntó al ángel viejo: “No entiendo tu forma de proceder. Al primer hombre, que lo tenía todo y nos negó sus comodidades, le ayudaste tapando el hueco de su pared; en cambio, dejaste morir la única vaca del granjero y su mujer, que teniendo muy poco, compartieron con generosidad sus escasas provisiones.

«Las cosas no siempre son lo que aparentan», contestó el viejo ángel. «Cuando estábamos en el sótano de la mansión, noté que había una gran cantidad de oro escondida en el agujero de la pared. El potentado era tan avaro y estaba tan poco dispuesto a compartir su buena fortuna, que sellé con artes mágicas la pared para que él jamás vuelva a encontrar el tesoro que le obsesiona y envilece. Anoche, en cambio, justo antes de dormirme, recibí un llamado del Ángel de la Muerte. Venía a llevarse a la esposa del granjero. Le persuadí para que no lo hiciera. Pero como no podía irse con las manos vacías, le di la vaca en lugar de la mujer…».

ángel 2

Historia de un Ángel

Autor: Anónimo

Había una vez una niñita sentada en un parque. Vestía un traje descolorido y zapatos rotos. La niña se quedaba sentada mirando a la gente pasar y sin decir palabra. Las personas transitaban a su lado, pero nadie se detenía a preguntarle qué le ocurría. Yo fui uno de los tantos que siguió de largo sin prestarle atención.

Al día siguiente volví a pasar por el parque. La niña seguía allí, en el mismo lugar. Con la misma mirada de tristeza en sus ojos. Curioso, me acerqué a ella. Entonces, noté que tenía una joroba en la espalda.

Ella me miró con una tristeza tan profunda que me rompió el alma. Me senté a su lado y sonriendo le dije:»hola». La pequeña me miró sorprendida y con una voz muy baja respondió a mi saludo.

Hablamos durante horas, hasta la hora del ocaso. Cuando sólo quedábamos nosotros dos en el parque, le pregunté por qué estaba tan triste.

La pequeña me miró y con lágrimas en los ojos me dijo: «Porque soy diferente».

Yo respondí con una sonrisa: «Lo eres». Y ella dijo aún más triste: «Lo sé».

Le dije: «Pequeña, ser diferente no es malo. Tú me recuerdas a un ángel dulce e inocente».

Ella me miró y por primera vez sus ojos brillaron con la luz de la alegría.

Despacio, ella se levantó y dijo: «¿Es cierto lo que acabas de decir?».

«Sí», le respondí. «Eres como un pequeño ángel guardián enviado para proteger a todos los que caminan por aquí».

Ella movió su cabeza afirmativamente. Y ante mis ojos algo maravilloso ocurrió. Su joroba se abrió y dos hermosas alas salieron de ahí.

Ella me miró sonriente y dijo: «Yo soy tu Ángel Guardián».

Yo no sabía qué decir.

Ella me dijo: «Por primera vez en tu vida fuiste capaz de mirar más allá de ti mismo. Te condoliste del sufrimiento ajeno. Mi misión está cumplida».

Entonces, le pregunté por qué nadie más le había ayudado.

Sonriendo, me dijo con picardía: «Tú eres la única persona que podía verme». Y ante mis ojos incrédulos desapareció de repente, como una etérea pompa de jabón que de pronto en el aire se esfuma…

Abbott Handerson Thayer, Angel, 1889

El Ángel
Por Hans Christian Andersen

“Cuando muere un niño bueno, Dios envía un ángel al planeta. Éste lo abraza candorosamente, extiende sus grandes alas blancas y emprende el vuelo por encima de todos los lugares que el pequeño ha conocido y amado. Recoge muchas flores a su paso y se las lleva al Cielo para que florezcan allí más hermosas que en la Tierra. Dios toma las flores entre sus brazos y besa a la más hermosa, que recibe así el don de la palabra para cantar las bienaventuranzas del Paraíso…”.

Un ángel le contaba esta historia a un niñito recién fallecido que llevaba en sus brazos; y el niño le oía extasiado, como quien escucha entre sueños, mientras volaban sobre jardines colmados de flores.

–¿Cuáles nos llevaremos para plantarlas en el Cielo? –preguntó el ángel.

Entonces, vieron un magnífico rosal, pero una mano perversa había partido su tronco. Y sus ramas colgaban, llenas de capullos secos.

–¡Pobre rosal! –exclamó el niño– Nos lo llevaremos y junto a Dios florecerá.

Y el ángel tomó el quebrantado rosal y le dio un beso al niño en la frente.

Luego, recogieron muchas flores hermosas, y también unas humildes margaritas y violetas silvestres.

–Ya tenemos un buen ramillete –dijo el niño; el ángel sonrió, pero aún no levantó el vuelo para ir al cielo. Era de noche. Todo estaba en silencio; se quedaron en la ciudad, y pasaron por un callejón muy angosto en que había montones de paja, de ceniza, de basura. Había también trozos de loza, pedazos de yeso, platos rotos, trapos y sombreros viejos. Cosas que ya no servían.

Entre aquellas inmundicias, el ángel señaló una maceta rota y un puñado de tierra que las raíces de una planta reseca mantenían unido.

–A ésta también nos la llevaremos –dijo el ángel–. Y mientras volamos te explicaré por qué.

Remontaron el vuelo, y el ángel comenzó su relato:

“Allí abajo, en una escondida casa de aquel estrecho callejón, vivía un niño pobre y enfermo. Estaba siempre en cama; las pocas veces que se sentía bien, lo más que podía hacer era dar un par de vueltas por la habitación, ayudándose con unas muletas; en verano, los rayos de sol entraban por la ventana, pero no más de media hora al día; entonces, el pequeño sentía cómo la sangre corría por sus venas y calentaba su corazón”.

“Un día de primavera, el vecino le llevó un ramillete de flores del campo… y por casualidad, una de ellas conservaba intacta la raíz; el niño enfermo la plantó en una maceta que colocó junto a la cama. Aquella flor creció y floreció. Y cada año, crecía y producía flores más hermosas. El niño se sentía feliz contemplándolas. Le parecía que tenía un jardín para él solo. Aquella humilde maceta era su pequeño tesoro en la Tierra”.

“La regaba y cuidaba. La ponía junto a la ventana para que le diera el sol; las flores despedían un aroma dulce y alegraban la vida del niño enfermo; cuando Dios lo llamó a su Reino, la última mirada del pequeño fue para su planta”.

“Hace ya un año que el niño murió. Y hace un año también que la flor quedó abandonada en su maceta; y como nadie la cuidaba, se secó. Por eso la hemos encontrado entre la basura del callejón. Nadie la quería ya. Pero nos la llevaremos. Porque esta humilde florecilla silvestre ha dado más alegrías que la más bella rosa del jardín de una reina”.

–Pero, ¿y cómo sabes todo esto? –preguntó el niño al ángel.

–Lo sé –respondió el ángel– porque yo fui aquel pobre niño pobre y enfermo que andaba sobre unas muletas. ¡Y conozco muy bien a mi flor!

Sorprendido, el niño miró el rostro esplendoroso del ángel; y en aquel momento se encontraron en el Paraíso, donde reina la alegría. Dios apretó al niño contra su corazón, y al instante le salieron a éste unas alas de plata como a los demás ángeles. Con ellos se echó a volar. También apretó contra su pecho a las flores. Y besó a la marchita silvestre infundiéndole voz. Y ella empezó a cantar con el coro de ángeles que rodean al Altísimo en círculos que se extienden hasta el infinito. Y todos cantaban, grandes y chicos, junto con el buen chiquillo y la pobre flor silvestre que había estado abandonada entre la basura de un estrecho callejón, en una pequeña ciudad del planeta Tierra.

An Angel

LOS DÍAS DISPERSOS

S/W Ver: 85.99.A1P

Gerardo Díaz Díaz Infante

Los días
se tornan dispersos y no puedo razonar,
ver que pasan como hojas que el viento
despide para no regresar.

No sé si es el tiempo, el viento
o tu alma que anhela despertar.
Te esperaré amor mío en el calor del hogar,
que es el sol de siempre tan eterno como mi andar.

Mandala 5

El Nacimiento (se acerca la Navidad)

pesebre

 

Gerardo Díaz Díaz Infante

¡ Se acerca la navidad !
de luces, sonidos y colores
se llenan las calles de la ciudad.

Son los rostros que iluminan
a la luna y las estrellas para
que ellas puedan brillar.

Encuentro de almas grandes,
aquí, allá y en todas partes
derramando dicha y felicidad.

Y saber que pronto llegará,
la luz, amor y paz bendita,
el niño bueno que nace
en el interior de tu corazón.

SOLTAR A TU FAMILIA DE NACIMIENTO (JESHUA)

Jeshua
Jeshua


Esta canalización se mantuvo el 10 de octubre de 2004 en nuestro lugar de trabajo en Tilburg.

Eltexto hablado ha sido luego corregido en cierto modo para facilitar su lectura.
Este mensaje fue traducido desde el holandés al inglés por la dra. Wendy Gillissen (sitio web http://www.reincarnatietherapie.com), y luego desde el inglés al español por Sandra Gusella. sgusella@gmail.com

Querida gente, es para mí un gran placer estar con ustedes nuevamente.
Cuando estoy con ustedes y hablo a través de Pamela, siento su presencia y los veo como energía de luz, buscando su camino a través de un mundo oscuro, donde a menudo encuentran dificultades y energías con las cuales no saben cómo tratar.
Todos ustedes son valientes guerreros. Su sola presencia en un cuerpo físico en la Tierra habla de su enorme coraje y disposición para luchar con las energías oscuras y con los obstáculos que encuentran dentro de ustedes mismos. Pamela está preocupada por la palabra ‘luchar’ que uso aquí. Pero yo sin embargo uso la palabra aquí porque ustedes, en cierto modo, son luchadores: luchadores que no sólo resuelven dificultades con el amor del corazón, sino con la espada del discernimiento.
Discernimiento significa: ser capaz de reconocer claramente cuando las energías no están en armonía con las suyas (por lo tanto ustedes pueden soltarlas de su campo de energía). El discernimiento es la energía de la espada, la energía masculina, y la importancia de éste a la luz del tema que voy a discutir hoy es grande.

Quiero hablar acerca del período de transición, como ustedes lo llaman, el período que a veces es llamado la transición de Piscis a Acuario, o de la Tercera a la Quinta dimensión. Ustedes les han dado muchos nombres a esta transición energética que está actualmente aconteciendo en su esfera terrestre.


Yo no quiero hablar acerca de esta transición en términos de eventos externos, en términos de predicciones sobre lo que va a suceder en su tierra. Por ejemplo sobre el número de terremotos o catástrofes que aún deberían tener lugar antes de que el cambio pueda ser completado.

Yo quiero hablar acerca del cambio del corazón.

En muchos de ustedes hay una necesidad de una cierta seguridad. Por esta razón ustedes a veces confían en las teorías sobre la transición y en las predicciones acerca de las cuales leen o escuchan. Ustedes se dejan llevar por motivos de temor y/o curiosidad. Pero al hacer esto, a veces pierden de vista el hecho de que las mismas energías turbias pueden estar asociadas con esas predicciones.

Por lo tanto yo les pido que cuando lean acerca de predicciones del futuro, acerca de este período de transición, siempre pidan la fuente. Pídanla con su corazón, sólo sientan de qué fuente energética vienen esas especulaciones, esas teorías sobre la transición. ¡Usen la espada de su discernimiento!

Yo los aliento mucho a comprender este período de transición en términos internos.

Por consiguiente hablo de la transición de la conciencia basada en el ego a la conciencia basada en el corazón. He descrito en detalle esta transformación interior en las series de los Trabajadores de la Luz, que se encuentran en el sitio web de Pamela y Gerrit. Hablo en estos términos porque se trata de una transformación interior que todos ustedes pueden sentir dentro. No hay nada fuera de ustedes que necesiten para este cambio, y nada fuera de ustedes puede abstenerlos de esto. Tampoco hay un ‘límite de tiempo’, un período en el cual algo haya tenido que ser ‘hecho’ a tiempo. Es una transformación interior que ustedes, personalmente y singularmente, van haciendo paso a paso.

En esta canalización quisiera ilustrar este proceso de transformación (del ego al corazón) con un tema con el cual todos ustedes están profundamente implicados: la relación con su propia familia de nacimiento.

Cómo ustedes se relacionan con su familia, dice mucho acerca de su propio progreso en la transición de la conciencia basada en el ego a la conciencia basada en el corazón.

Su nacimiento aquí en la tierra puede ser comparado con una especie de caída a la oscuridad, pero no conectada con ninguna asociación de pecado y culpa. Es realmente una zambullida a la profundidad que ustedes tomaron concientemente desde una cierta capa dentro de su alma. En el momento en que ustedes se sumergen, sin embargo, están en un estado de inconsciencia, luego están inmersos en el mundo de la materia. En ese momento, ustedes arriban al útero de su madre.
Por un lado, ustedes llevan consigo una energía muy brillante, la energía del Hogar. Ustedes aún recuerdan cómo es estar en el Otro lado, ustedes recuerdan el amor que sentían a su alrededor como algo natural y la unión con todo lo que es, todo lo que vive.

Cuando ustedes descienden a la tierra como un embrión, estas energías del Hogar aún están fuertemente con ustedes. Pero al mismo tiempo ustedes se confrontan con lo que yo llamo el ‘paradigma de los padres’.

Paradigma es una palabra que significa tanto como visión del mundo, pero ésta abarca mucho más que eso. No sólo contiene los pensamientos y convicciones de sus padres sino también sus sentimientos, sus emociones más profundas. Toda esa ‘red de seguridad’ es el paradigma dentro del cual se sumergieron como una nueva alma que viene a la tierra, al comienzo de su nueva encarnación.
Ustedes están inmersos en la realidad de la ‘tercera dimensión’, o como a mí me gusta llamarla: el mundo de la conciencia basada en el ego, como está representado en sus padres. Ésta es una realidad energética en la cual predominan ciertas ilusiones.

Quiero mencionar aquí las tres ilusiones más importantes.

1.  La pérdida de la maestría
La primer ilusión es la ilusión de la pérdida de la maestría.  Esta ilusión les hace olvidar, mientras viven, trabajan, y están vivos en la tierra, que ustedes son los creadores de todo lo que sucede en su vida. Ustedes no reconocen lo que sucede en sus vidas como su propia creación, de vez en cuando ustedes piensan que son una víctima. Ustedes creen que hay poderes, más grandes que ustedes, que pueden hacer y planear su vida. Ésta es la pérdida de la maestría.

2. La pérdida de la unidad
Y luego, con la zambullida dentro de lo profundo, esa zambullida dentro del paradigma de sus padres, quienes han vivido en la ilusión por bastante tiempo, también está la pérdida de la unidad con todo lo que vive. El reconocimiento de unidad entre ustedes y el mundo, entre ustedes y ‘el otro’ está perdido para ustedes. Dentro de la conciencia basada en el ego existe la convicción de que todos nosotros estamos separados unos de otros, cada uno en un cuerpo separado. Existe la creencia de que vivimos en ese cuerpo y que cuesta mucho trabajo contactar a los demás. Es la ilusión del cuerpo como una prisión. Esa es la segunda ilusión.

3. La pérdida del amor
Y la tercer ilusión que quisiera mencionar aquí es la pérdida del amor. En la esfera fuera de la cual ustedes vienen a la tierra, la energía del amor ha sido un nutrimento patente. Cuando vienen aquí a un mundo relativamente oscuro, donde hay mucho desamor, comienzan a confundir amor con toda clase de energías que no son amor, como admiración de dependencia emocional. Más tarde en esta canalización retornaré a esta confusión.
Ahora, quisiera llevarlos a aquel momento cuando nacen aquí, un pie aún en el cielo, el otro en la tierra, en ese paradigma ustedes no encajan bien en todo eso. Siempre hay puntos específicos con los cuales sus padres están muy ligados al paradigma. También hay puntos donde ellos están libres de él, esto es decir, hay aspectos en los cuales la energía del corazón ha sido liberada en ellos. Pero siempre hay algunos puntos en los cuales ellos también están muy adheridos al paradigma de la conciencia basada en el ego.

Y ahí ustedes llegan, como quien dice, frescos desde el cielo. Lo que sucede luego en el desarrollo del niño en relación a sus padres, es que al comienzo se apegará muy fuertemente al paradigma de sus padres, y luego comenzará a soltarlo lentamente a medida que envejece. Este proceso de desarrollo está muy emparentado a la transición desde la energía del ego a la energía del corazón que está teniendo lugar en la conciencia colectiva de la humanidad como un todo.

Lo que está teniendo lugar a gran escala, también está sucediendo a pequeña escala, en el nivel de lo individual. La transición de la conciencia basada en el ego a la conciencia basada en el corazón en un micro-nivel a menudo ocurre al trascender las energías limitantes, cargadas de miedo, que ustedes han recibido de sus padres durante su infancia.

Quiero describir esta transformación de la conciencia a una pequeña escala, por ejemplo describiendo la relación entre padres y niños, porque es muy fácil para ustedes reconocerlo al nivel de la experiencia personal. No me gustan las predicciones o anuncios que no están a tono con la experiencia, que no pueden ser reconocidos por su propio corazón, por sus propios sentimientos. Es por esto que yo les pido a ustedes otra vez: cuando lean o escuchen un material sobre el período de transición, por favor cuestiónenlos con su corazón y vean si encajan con su propia experiencia. Porque ustedes ya no son estudiantes, todos ustedes son maestros. Su propia experiencia es el criterio de prueba.

Sus corazones están llenos de sentimientos intuitivos, tiernos y apacibles, acerca de lo que está sucediendo. Confíen en ellos. Cómo se definirá exteriormente este cambio interno de la conciencia, en la realidad física de la tierra, todo eso no es importante. Triunfaremos cuando triunfemos.
Es el paso del corazón, el paso interior, en el reino de las emociones, lo que realmente cuenta en la transición de la Nueva Era.

En el momento en que comienzan la vida aquí en la tierra, ustedes se topan con la realidad principalmente a través de sus padres. Al llegar aquí ustedes traen consigo la memoria del Hogar, y sienten una apacible sensación de nostalgia. Hemos mencionado anteriormente el trauma del nacimiento cósmico (ver la canalización 3 en estas series), que ustedes llevan consigo como un alma, por todo el camino desde el comienzo de su viaje a través de todas sus vidas en la tierra y en otra parte. Pero cada vez que ustedes comienzan a vivir como un niño en una vida terrenal específica, también hay un trauma de nacimiento. Quiero decir esto principalmente en un sentido psicológico: despedirse siempre del Hogar, y la necesidad de corregir esto, de encontrar su propio camino en la energía de la tierra.

En el momento de su nacimiento, los padres pertenecen a la energía de la tierra. Ellos ya se han adaptado a esta dimensión, a las leyes que se aplican aquí. Con frecuencia son leyes limitantes, en el área de las normas sociales e ideas que los padres han absorbido marcadamente, las cuales no son patentes para el niño en absoluto.
De este modo los padres representan para el niño la conciencia basada en el ego, el paradigma de las tres ilusiones. El niño se enfrenta a esto por medio del hogar paternal, y el modo en el que este paradigma se ha desarrollado en los padres, lo influenciará marcadamente el resto de su vida.

Por supuesto que los padres –Pamela me pide que agregue este pensamiento, porque no quiere que los padres sean puestos bajo una luz desfavorable – en algún momento también han sido niños, y han ido a través del mismo proceso. Los padres no fuerzan concientemente sus miedos e ilusiones sobre sus hijos. Por más que sea, en la etapa en que ellos tienen hijos, los adultos inconscientemente han absorbido muchas energías del viejo paradigma basado en el ego, el paradigma que está formado por las tres ilusiones que hemos mencionado anteriormente.

El niño entra a esto fresco y nuevo y se da cuenta de que la realidad no se corresponde, no está en armonía con lo que él estaba acostumbrado. En esa fase muy temprana de su vida, el niño está en un estado de conciencia más bien pasivo. Está muy abierto en sus ser, en su mente y en sus sentimientos, y absorbe todo lo que lo rodea. Especialmente en los tres primeros meses la habilidad del niño para absorber es increíble, asimila todo de la realidad energética que lo rodea, dentro del núcleo más profundo de sus células.
Él se bebe de un solo trago, y la experimenta como realidad, la realidad energética del entorno directo, usualmente la de los padres. Por otro lado, aún está dentro de él aquella ‘pieza del cielo’, aquél núcleo de ser puro, incondicional que no es afectado por las ilusiones.

En cierto modo estas realidades energéticas chocan entre sí, pero el niño mantiene esto escondido de él mismo. Porque este conflicto es demasiado doloroso para experimentarlo en esta etapa muy vulnerable en la cual el niño se encuentra cuando es un recién nacido. Para esconder esta colisión, este conflicto interior para él mismo, el niño se acomodará a su entorno. Él quiere hallar una ratificación, en su ambiente, para estas energías de amor, de unidad, y de maestría que aún están presentes en él en su estado natural.

El niño aún es maestro de su realidad, se siente unido y uno, tiene amor, pero quiere que éste sea confirmado por su entorno. Él comienza a buscar confirmación, pero con frecuencia recibe confusos mensajes de su entorno.
Sus padres quieren darle amor, pero también hay mucho miedo en ellos. Hay mucha energía bloqueada que no puede fluir, que ellos no se permiten que fluya. También hay en los padres un anhelo, una sensación de añoranza por su propia maestría, su amor, su vínculo natural con Todo lo que Es, pero ellos han perdido este estado de la mente hace mucho tiempo. Ellos se han habituado tanto a la vida en la tierra con todas sus ilusiones, que han comenzado a considerar estas ilusiones como reales.

Por lo tanto inconscientemente, los padres criarán a sus hijos con energías que son confusas para ellos. Y otra vez, hasta un cierto punto los padres no pueden ser culpados por esto, en el sentido de que en un nivel conciente ellos a menudo se están esforzando mucho por dar a sus hijos lo mejor.

Cuando un niño nace, los padres a menudo tendrán una abertura a más luz y amor. En aquel momento, un núcleo de amor incondicional, divino será tocado en los padres. Ellos sienten el carácter sagrado del nacimiento y del pequeño ser que se ha confiado en ellos y en la vida. Al nacimiento del niño sus corazones están abiertos de par en par, y ellos están en contacto con su propio ser divino, sagrado. Pero esto con frecuencia es temporal, porque más tarde todo comenzará a calmarse, a envolverse otra vez en la realidad energética de los padres que existía antes del nacimiento del niño. Y así la abertura a la realidad basada en el corazón que estuvo ahí, también puede cerrarse otra vez y con frecuencia lo hace. Los padres retroceden a sus viejos modos de pensar, sentir y querer.

¿Y entonces qué sucede con el niño que crece?
La mayoría de los niños eligen adaptarse tan enfáticamente al paradigma paternal, que ellos pierden el contacto con su energía del alma original, aquella de la que aún tenían mucha conciencia al comienzo de su encarnación. En esta primer fase de la vida (hasta la pubertad) ellos están tan preocupados en enfocarse en este mundo, y en conseguir el amor y la atención de sus padres, que ellos mismos olvidan quienes son.

El niño tiene un desenfrenado anhelo por amor y cercanía y cuando los padres no pueden proveerlo suficientemente, el niño se inclinará hacia otro lado para conseguirlo de cualquier forma. Él creará ilusorias imágenes de amor.
Él tomará por amor las energías indebidas, por ejemplo el orgullo de un padre cuando el hijo logra algo que en el mundo externo es visto como inteligente o bien hecho. Esta clase de orgullo paternal en realidad no tiene nada que ver con el niño. No es un orgullo en un logro interior, sino en un desempeño externo que no se origina necesariamente en los impulsos internos del niño. El niño puede crecer viendo a esta clase de orgullo como amor. Y a menudo más adelante en su vida llegará a trabajar muy duro y no entenderá, siendo un adulto, por qué tiene el impulso a trabajar tan duro todo el tiempo, por qué el trabajo ha llegado a ser una adicción para él.

Una segunda distorsión o imagen ilusoria del amor es cuando el niño comienza a confundir amor con dependencia emocional. Muchos padres han experimentado ellos mismos una falta de amor real durante su infancia. Ellos no se han sentido verdaderamente acogidos en una atmósfera de cordialidad y seguridad. Cuando luego ellos mismos tienen un hijo, lo abrazan con señales mixtas. Por un lado, está el amor genuino, por otro lado está la necesidad subconsciente de suplir la pérdida. Los padres intentan sanar sus propias heridas emocionales encontrando el amor y la seguridad emocional, que ellos perdieron en su pasado, a través de la relación con sus hijos. Cuando esto sucede, el niño recibe señales muy confusas por parte de sus padres.
La energía lo pondrá al tanto, los mensajes “te amo” y “te necesito” estarán indisolublemente intrincadas. Por este enredo, que ustedes podrían imaginar como una espiral de cuerdas retorcidas, el niño comienza a asociar amor con necesidad. Este enredo o ilusión es el comienzo de una relación emocional de dependencia entre padres e hijos, que puede tener un resultado muy destructivo, no sólo en la relación padre-hijo, sino también a la larga en las relaciones íntimas que el niño tendrá como un adulto.

En las relaciones que tenga con otros adultos, él o ella podrían fácilmente comenzar a pensar que ‘ser necesitado’ es un ingrediente esencial del amor en esa relación. Podrían entonces comenzar a interpretar los sentimientos de dependencia, incluso los celos y el carácter dominante, como una forma de amor, mientras que estas energías son diametralmente opuestas al amor.

Resumiendo, ustedes ven que siendo niños en el nacimiento aterrizan a un paradigma paternal que en el comienzo, es decir la primer mitad de sus vidas, causará totalmente mucha confusión. Es como si ustedes fuesen llevados por mal camino, y en un cierto momento entran a sus vidas oportunidades y posibilidades que los invitan a investigar, a desenredar el nudo. Entonces podrían sufrir una crisis de identidad, en la cual ya nada es cierto y ustedes constantemente dudan de quienes son y de quienes no son. Esto se ha descrito en las series de los Trabajadores de la Luz como la primer fase de la transición del ego al corazón.

El verdadero desenredo de sus ilusiones y errores toman lugar cuando ustedes contactan la energía del corazón, también descrita en la series de los Trabajadores de la Luz. En cuanto a sus padres, esto significa ser realmente capaz de liberarlos y perdonarlos interiormente y comenzar a seguir su propio camino.

En cierto sentido ustedes han sido las víctimas de sus padres; sus padres como representantes de la conciencia basada en el ego durante su infancia. Ustedes han vivido temporalmente y parcialmente de acuerdo a sus ilusiones. En cierto modo, ustedes no tuvieron opción, mientras fueron niños. Sin embargo, trascender este estado de ser la víctima es uno de las rupturas más poderosas que ustedes pueden tener en sus vidas. Cuando ustedes pueden reconocer las impresiones energéticas más profundas de su infancia como tales esto los vuelve una persona libre, y luego deciden cuáles les convienen y cuáles es mejor soltar. Esto es maestría.

Entonces ustedes ya no se adaptarán subconscientemente a los deseos y anhelos de sus padres, cuando no sean los suyos propios. Al mismo tiempo, ustedes ya no se rebelarán contra ellos tampoco. Ustedes pueden ver las impresiones que no les conviene simplemente como algo que no pertenece a su período. Ustedes no necesitan juzgar a sus padres nunca más por cargarlos con estos aspectos. Ustedes no tienen que luchar contra ellos nunca más.

Ustedes son introducidos a la conciencia basada en el ego a través de sus padres y ustedes la trascienden nuevamente a través de sus padres, específicamente liberándolos a ellos en amor y perdón y reconociéndose a ustedes mismos como el maestro independiente que son. Éste es el reclamo de su maestría, el reconocimiento de que ustedes son los creadores de su vida y de todo lo que han elegido, incluso del camino equivocado que han tomado.

Los Trabajadores de la Luz y sus padres

Llegado a este punto quisiera hablar específicamente sobre las almas Trabajadoras de la Luz. También ellas al nacimiento se sumergen dentro del paradigma de los padres que han elegido para ellas mismas como almas. Ahora, los Trabajadores de la Luz frecuentemente llevan con ellos una asignación extra en relación con los padres o con el paradigma paternal.
Los Trabajadores de la Luz, cuando vienen a la tierra, tienen la intención de plantar la semilla, los brotes de la conciencia Crística, la energía de la Nueva Era. En un sentido incluso más profundo que las otras almas, Los Trabajadores de la Luz tienen el propósito de comprender el paradigma del corazón en la realidad terrenal. Específicamente por esta razón –y esto puede parecer una paradoja- muchas almas Trabajadoras de la Luz eligen familias para encarnarse en ellas, en las cuales hay mucha oscuridad. Con oscuridad me refiero simplemente a las ilusiones de las cuales hablé anteriormente, las tres ilusiones que llevan a la pérdida de su maestría, a la pérdida de su verdadera unidad, a la pérdida del amor.
Así, cuando los Trabajadores de la Luz vienen a la tierra con una conciencia desarrollada, un refinamiento o ‘antigüedad’ en sus almas, ellos terminan en familias donde algo está sucediendo, donde una cierta ilusión es experimentada al extremo. Por la naturaleza de su misión, los Trabajadores de la Luz son como un imán arrastrado a situaciones donde la energía se ha quedado atascada, donde la energía está paralizada como en un callejón sin salida. Ellos sienten como su tarea el hacer que la energía fluya nuevamente ahí.

Y es por esto que los Trabajadores de la Luz frecuentemente nacen dentro de familias difíciles.

Cuando ellos comienzan la vida, los Trabajadores de la Luz a menudo tienen una fuerte confianza  de que ellos encontrarán la salida, de que ellos superarán la energía limitante. Sin embargo, cuando ellos nacen como niños y crecen, están expuestos a los mismos dilemas y confusiones como cualquier otro niño. En un cierto sentido, ellos incluso experimentan esta confusión más profundamente y más intensamente. Debido a que llevan consigo mucho de la energía del Hogar, ellos (interiormente) chocan frontalmente con los modelos de energía bloqueada en su entorno y esto los hiere profundamente. Así existe un cierto riesgo implicado en el viaje de los Trabajadores de la Luz hacia aquellos lugares de oscuridad o error. Es una misión peligrosa. No olviden por qué yo los llamo a ustedes valientes guerreros, es por esta razón.

Su nacimiento aquí es un aterrizaje en un paisaje inhóspito con solamente ustedes, su conocimiento interior, como equipaje. Hay una baja resonancia con el ambiente, no mucho reconocimiento y admisión de quiénes son ustedes. Es el extranjero que ustedes buscan como un Trabajador de la Luz. Como un Trabajador de la Luz ustedes son los pioneros que quieren cambiar la dirección a algo, cambiar algo, y ustedes siempre son los primeros en hacer eso en ese ambiente.  Por lo tanto ustedes no se encuentran con sus semejantes en ese momento. Y eso hiere, es duro para un alma humana. Como una entidad espiritual ustedes han elegido este camino concientemente pero como un ser humano, mientras son niños puede ser cruel. Es por esto que yo los incito a sentir y a reconocer ese dolor en ustedes mismos, porque sólo haciendo eso pueden trabajar con eso y liberarlo. Es el dolor de un niño que está desamparado y que nunca encuentra reconocimiento de su originalidad. El niño es un extraño en ese ambiente. Los Trabajadores de la Luz experimentan esto incluso más porque ellos son 1. muy ‘diferentes’, y 2. buscan un ambiente donde el ser diferente no sea reconocido o sea aceptado con dificultad.

Todo el viaje del niño hacia la edad adulta e incluso hacia la vejez, puede ser visto como un desafío a encontrar nuevamente su propia, innata  luz interior. El desafío es ser, desde su interior profundo, conocer y sentir otra vez: “este soy yo, y esto es lo que yo he venido a traer aquí.”

Esto es especialmente verdadero para los Trabajadores de la Luz. Su asignación ante todo es llegar a ser quienes ellos son. Al hacer eso, ellos llevan a cabo su misión. No es su tarea mejorar el mundo. Es su tarea encontrarse a ustedes mismos. Y sí, el mundo llegará a ser un mejor lugar por esto, porque su Luz entonces brillará de un modo natural. Pero ustedes no tienen que trabajar para esto, sólo sucederá.

El verdadero trabajo es soltar todas aquellas pizcas de paradigma del ego (miedo, ilusión) que ustedes absorbieron tan profundamente cuando eran niños, durante los tres primeros meses y después.

Esta liberación es una tarea extremadamente pesada. No quiero desalentarlos diciéndoles esto. Más aún, yo quiero enseñarles a ustedes que pueden tener mucho respeto por ustedes mismos y que ustedes son los valientes guerreros que yo conozco. El desafío es realmente ser todo lo que ustedes pueden ser en un ambiente que no es el propio. Este es el trabajo del pionero, de aquél que allana el terreno para una nueva conciencia aquí en la tierra.

© Pamela Kribbe 2005

Traducción: Sandra Gusella

Por preguntas o información, contáctenos en

sgusella@gmail.com

EL SONIDO DEL CORAZÓN

Gerardo Díaz Díaz Infante

De luz es la energía,
la oración es la información
y con ellos puedo comunicarme con Dios,
somos luz como energía e información,
y todo son sonidos que iluminan el alma,
para avalar y cantar al corazón.

En el Día del Amor y la amistad.

AVALADO SEA EL DIOS DEL AMOR (SENTIDO HOMENAJE A LUIS ALBERTO SPINETTA)

Luis Alberto Spinetta: "Avalado sea Dios"

Carmelo Urso

Sí, afable lector o lectora, no has leído mal: he escrito “Avalado sea el Dios del Amor” y no “Alabado sea el Dios del Amor”. En las líneas que siguen, haré una interpretación de ambas sentencias; explicaré (espero que con cierta amenidad) porqué hoy trato de regir mi Vida a través de la sabiduría implícita en la primera frase… ¡y cuáles son las antiguas creencias limitantes que solemos percibir en la segunda!

*       *       *       *       *       *       *

Soy un apasionado admirador de la obra del cantautor argentino Luis Alberto Spinetta –denominado por algunos “el capitán de los místicos del rock”. No es un músico de masas: sus temas –signados por la experimentación estética- rebosan de mestiza espiritualidad y una muy singular visión del Universo. Conocí su música hace veinte años, cuando cursaba estudios de periodismo enla UniversidadCentralde Venezuela: allí, amigos argentinos y chilenos me revelaron su inefable magia poética. A mi modesto entender, se trata del mejor letrista que haya dado el rock hispanoamericano.

Gracias a esa “Biblioteca de Alejandría” que es “Youtube”, he podido contemplar videos de Spinetta que jamás hubiera imaginado que existían. Hace poco, vi un concierto que el “Flaco” –así le llaman sus paisanos argentinos- ofreció durante 1984 en el programa que solía conducir el presentador Juan Alberto Badia (“Badia & Compañía”). En tal emisión, justo antes de interpretar uno de sus temas clásicos (“El Anillo del Capitán Beto”), el “Flaco” –con las manos en alto y una sonrisa socarrona en los labios- profiere uno de sus geniales aforismos: “¡Avalado sea Dios!”.

La frase me dejó pensando: contiene, como todo lo de Spinetta, un ameno misterio y un guiño de picardía. Anteayer, el colega y compadre Francisco Machalskys –quien suele corregir mis textos- me preguntó: “Carmelo, ¿por qué no le haces un homenaje a Spinetta y escribes algo sobre él?”. Una cosa se conectó con la otra: de pronto, como un coco que cae limpiamente de lo alto de una palmera, me llegó esta interpretación de la frase “¡Avalado sea Dios!”.

Ojalá les resulte grata, útil.

 

Orar no es hueca alabanza: es confiar infinitamente en el poder de Dios

El Diccionario de la Real Academia Española define el verbo alabar como “elogiar, celebrar con palabras”. Cuando oramos al Dios de Amor que late dentro de nosotros mismos, ¿lo hacemos con el mero propósito de elogiarlo? Para que el Uno reforme y modele nuestra Vida, ¿precisa que le adulemos con empalagosas palabras, como si nos dirigiésemos a un vanidoso personaje sediento de lisonjas?

¿Actuará el Ser Superior de forma más rápida y eficiente si en nuestras plegarias halagamos Su ego con títulos altisonantes? ¿Necesita en verdad el Padre-Madre que le recordemos su grandeza, infinito poder y pleno señorío sobre el Cosmos (cosas de las que Él/Ella ya está sobradamente consciente)? O como decimos en mi país, Venezuela: ¿es preciso “jalarle mecate” ala Deidad para que nos oiga y conceda expeditiva respuesta?

La maestra espiritual Mary Baker Eddy asevera de manera tajante: “Dios no es movido por el aliento de alabanza para que haga más de lo que ya ha hecho, ni puede el infinito hacer menos que otorgar todo lo bueno ya que Él es sabiduría y Amor inmutables (…) Dios es Amor. ¿Podemos pedirle que sea más? Dios es inteligencia. ¿Podemos informar a la Menteinfinita de algo que no comprenda ya? ¿Esperamos cambiar la perfección? ¿Pediremos más al manantial abierto, que ya está vertiendo más de lo que nosotros mismos aceptamos? (…) Pedir a Dios que sea Dios es vana repetición. Dios es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos; y Aquel que es inmutablemente justo hará lo justo, sin que haya que recordarle lo que es de Su incumbencia”.

En lugar de alabar con verbosos rezos al Infinito, esta sabia docente del Alma afirma que la oración que sana al enfermo y reforma nuestra existencia “es una fe absoluta en que todas las cosas son posibles para Dios –una comprensión espiritual de Él, un Amor desinteresado (…) Pero comprender a Dios es obra de la eternidad y exige absoluta consagración de pensamientos, energías y deseos (…) ¡Cuán huecos son nuestros conceptos dela Deidad! Teóricamente admitimos que Dios es bueno, omnipotente, omnipresente e infinito, y luego (con nuestras vacías plegarias) tratamos de informar ala MenteDivina(de vanas cosas que ya sabe)”.

Hay tres aspectos que me parecen sustantivos en la explicación de la maestra Baker Eddy:

1)   Orar no es alabanza sensiblera y hueca.

2)   Orar es una fe absoluta en el Poder del Uno –es decir, una confianza incondicional en Su capacidad de respuesta.

3)   Orar es una comprensión espiritual de Dios: para alcanzarla, necesitamos entregarle al Poder del Amor todos (¡todos!) nuestros pensamientos, energías y deseos –de tal forma que sean modelados a Su imagen y semejanza.

¡Exacto! Orar no es alabar timorata y zalameramente al Uno –sino confiar de modo absoluto en Él/Ella y comprender Su naturaleza más íntima: el Amor.

En el sistema de pensamiento del miedo, Dios se nos presenta como una entidad altamente temible: es una colérica figura de Poder, muy semejante a los cabecillas políticos que lideran las naciones del orbe o a los caciques corporativos que dirigen las empresas en que trabajamos; en diversos libros sagrados, observamos a hombres y mujeres ofreciendo sacrificios de sangre, con el fin de apaciguar la furia de esta Deidad irascible, genocida –incapaz de sentir remordimiento o piedad cuando condena a sus creaciones a eternidades de fuego, tortura y dolor.

Es claro que si creemos en un Dios semejante –criminalmente opuesto al Amor- nuestras plegarias tomarán enfermiza forma de súplica, de ablandada loa, de patética adulancia. Es de lo más normal: ¡la mayoría de nosotros se postraría frente a su victimario (mucho más si es omnisciente, todopoderoso) y le pediría clemencia con quebrada voz de pánico!

Por ello, algunas personas se espantan cuando les hablamos del estado de oración: lo asocian, desde su niñez, al acto de humillarse, culparse (¡por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa!), arrodillarse y sojuzgarse a una Deidad opresora, que machaca maquinalmente a quienes no la adulan.

Orar es el estado de plena comunicación con nuestro Creador. ¿Podemos comunicarnos de corazón a corazón con alguien que nos aterra y nos hace sentirnos muy inferiores a Él –alguien incapaz de sentirse igualado en la Paz de la Unidad? ¿Podemos abrirle nuestra alma al verdugo que –hacha en mano- amenaza con cercenar nuestras cabezas en cualquier instante, al más mínimo traspié?

La respuesta es obvia: en semejante estado emocional es imposible la comunicación con el Yo Superior –vale decir, es imposible experimentar el estado de oración. Porque la oración es irrealizable cuando sentimos miedo: sólo puede vivenciarse desde la confianza y la comprensión de que somos Uno con nuestro Padre-Madre –jamás inferiores a su sagrado linaje de Amor incondicional.

En el miedo, rezamos como mendigos, como pordioseros espirituales; oramos como reos confesos, como falaces delincuentes del Alma; vivimos en un estado de indigencia mística que empobrece cada área de nuestra existencia. Somos incapaces de experimentar intimidad con nuestro Padre-Madre porque lo percibimos como potencial filicida (“asesino de sus propios Hijos”) y no como el amoroso Uno que Es.

Esas supuestas plegarias en las que clamamos “piedad” al Creador, en las que nos arrepentimos de “pecados originales” más antiguos que el Big Bang, en las que nos mortificamos con interminables sagas de “culpas”, sólo son delirantes balbuceos repetidos por nuestros egos, a fin de atenuar el miedo que les produce esa falsa percepción de Dios cocinada en el fogón de las más caóticas neurosis. El verdadero Dios carece de ego (de hecho, es la ausencia absoluta de ego) y, por ende, no necesita ser lisonjeado ni apaciguado (Él es –en sí mismo-la Paz eterna).

Entonces, más que alabar a la Deidad, debemos avalar con nuestra confianza Su vasto Poder… ¡darle puerta franca para que Su Amor puro e incondicional actúe en nuestros corazones y transforme radicalmente cada aspecto de nuestra Vida!

Avala el Poder de Dios y reconoce tu verdadera identidad

Por avalar entendemos “responder por la conducta de otro”; con frecuencia leemos que determinado medicamento está avalado por la Sociedad Médica de nuestro país; compramos bonos del tesoro que están avalados (garantizados) por nuestra República; avalamos –frente a terceros- el trabajo de un colega y lo recomendamos por su capacidad y responsabilidad; es decir, cuando avalamos algo o a alguien lo hacemos en función de la confianza que nos merece su calidad o su proceder.

¿Cómo podemos avalar el comportamiento de un Dios al que –desde el miedo- percibimos como iracundo y asesino? ¿Dejarías tú, querido lector o lectora, tus asuntos personales, tus preocupaciones más profundas, tus querencias y tus propiedades en manos de semejante entidad? ¿Confiarías tus sueños, tus más íntimos secretos, tu salud o el cuidado de tus hijos e hijas a ese Ser atroz?

¿Verdad que no?

¿Podemos sentir –además- que semejante sujeto pueda ser nuestro Padre-Madre celeste?

¡Por supuesto que no!

Es aquí donde tenemos que efectuar un profundo trabajo de sanación mental, emocional y espiritual, a fin de trascender las creencias limitantes relativas al Dios que la sociedad –a través de sus instituciones y familias- nos pintó desde pequeñines.

Dios sólo se nos revela a través del Amor: más allá, no busquemos. Como dijo alguna vez San Anselmo, “a Dios no se le puede pensar” –a Dios, a lo sumo, se le puede sentir; Dios no es una persona, personalidad o concepto –es una experiencia (una experiencia de Amor y confianza absoluta).

Sólo a través del Amor se nos puede revelar la verdadera paternidad-maternidad del Uno. Sólo así podemos sentirnos Sus Hijos. Y si somos Sus Hijos –y sabemos que Nos ama incondicionalmente- ya no nos dirigiremos a Él/Ella como pordioseros del Espíritu. Le hablaremos de Tú a Tú, de Uno a Uno, de Ser a Ser, de corazón a corazón, con ilimitada intimidad y Paz… ¡cómo un niño o niña que se sienta plácidamente en las piernas de su papi-mami! Y a partir de esta relación de confianza plena, una Vida de inconmensurables bendiciones comienza a manifestarse.

En ese instante presente, dejamos de percibir al Loco Eterno, al Asesino Sinfín, al Perpetrador de Infiernos: comenzaremos a ver –y a sentir los benéficos efectos- de un Padre-Madre que se vuelve fuente de protección, nutridor (a), proveedor (a), creador (a), maestro (a), líder, amante, sustentador (a), defensor (a), libertador (a), consolador (a), reparador (a) de entuertos, mentor (a), restaurador (a) y modelo de Vida –en perfecta camaradería y Unidad con nosotros; intachable morador del Reino de los Cielos que es cada uno de Sus Hijos (as).

Si queremos experimentar una vivencia de Amor de este calibre, debemos concederle al Padre-Madre nuestro más confiado aval para que nos llene con su poderoso cauce de Poder. Avalemos a ese río de la Vida: concedámosle licencia para que –cual indetenible Amazonas- se lleve todas nuestras miserias psíquicas, escorias emocionales, limitaciones espirituales; para que toda adicción sea disipada, hasta que sólo quede un cristalino caudal de deleite que discurra en cada instante presente de nuestra existencia.

Un solo dique interior mantiene represada esa fuente de energía, salud y bienestar infinitos: nuestra decisión de mantenernos en el miedo. Decidamos ya dejar atrás esa barrera, tal como nos invita el “Flaco” Spinetta en una de sus canciones:

Después de todo,

Tú eres la única muralla

Si no te saltas

Nunca darás un solo paso

(“La Búsqueda de la Estrella”, 1972)

Así que, afable lector o lectora… ¡avalado sea el Dios del Amor!

DIÁLOGO DEL MAGO Y LA ODALISCA (EXTRACTO DE LA NOVELA INÉDITA «LAS CRÓNICAS DE OZŮM» DE CARMELO URSO)

Carmelo Urso

Entonces, la odalisca se posó sobre el pecho del mago, diciéndole:

“Ay, amado, late el pulso de tu corazón con la alegría de quien toca a las puertas de la Vida, sabiendo que pronto le serán abiertas…”.

Y dijo el mago a la odalisca:

“¡Amada! Un río se abrió dentro de mí que no tenía idea de cómo ni cuándo surcar… ¡entonces, erré en una barca y me hice a la mar! Y así, de las Aguas del mundo desvelé los Misterios para en ti navegar”.

Y dijo la odalisca al mago:

“¡Amado! Un viento golpeó dentro de mí que fui incapaz de amarrar… ¡ni con todas las nubes del Cielo lo pude enlazar! Y así, del Aire del mundo descifré los Misterios para en tu brisa volar”.

Y murmuró al oído el mago a la odalisca:

“Amada… Una cima brotó dentro de mí que no pude contener ni domar… ¡sin saber cómo, ascendí a la montaña más alta que jamás pude soñar! Así, de las tierras del mundo revelé los Misterios para en tu cumbre anidar”.

Y murmuró al oído la odalisca al mago:

“Amado… Un fuego ardió dentro de mí que más nunca supe cómo apagar. ¡Ni con toda el agua del mundo lo conseguí sofocar! Y así, del Fuego del Dios que es la Diosa develé el Misterio para en tu llama brillar”.

Mago y odalisca –frente a frente.

Mago y odalisca –él adentrado en ella.

Eternamente juntos –hechos Uno…