Un día, un hombre se acercó a Mahoma y le expresó su tristeza y frustración. Se sentía miserable por haber discutido amargamente con un amigo. Lamentaba el desagradable intercambio de palabras y preguntó al Profeta qué podía hacer para remediarlo.
Mahoma recomendó al hombre que recorriera la ciudad y colocara plumas en los escalones de varias casas. Le dijo: «Deja las plumas allí toda la noche, recógelas en la mañana y regresa a mí después».
Al día siguiente, el hombre se acercó agustiado al Profeta.
-Mahoma -se lamentó el sujeto- hice lo que me dijiste, pero cuando regresé esta mañana a recoger las plumas ¡no quedaba ninguna!
-Lo mismo sucede con tus palabras -replicó el Profeta- pues salieron de ti para no ser recordadas de nuevo…
Tomados del libro «Huésped del Alba» (Monte Ávila Editores, 2006), excelente volumen cuya compra recomendamos a todos nuestros lectores y lectoras.
En mi taza
La borra del café dibuja
Caminos abiertos
En el lago,
A mis pies, miro la estrella
Sin alzar los ojos
Cerrando
Los ojos se juntan
Todas las noches
Anochece.
Los sueños del ermitaño
Andan lejos
He sembrado
Dos sauces; uno dará
Sombra al otro.
Va y viene
La abeja.
La rosa aguarda.
Las hormigas
En fila una tras otra.
Destino de soldado.
Largo, largo
Como un grito
El camino a casa.
La tarde en sombras.
Radiante, la flor
La ignora.
La única
Compañía del viajero:
Su sombra muda.
Imposible contar
Cuántas luciérnagas
Iluminan tu ausencia
El rocío
No sabe de espinas.
Sólo cae.
¡Ay, qué tristeza
El eco en la pradera
Del sauce derribado!
En el cielo
Esa nube sigilosa
Sigue mis pasos.
Esta piedra
Igual a otra piedra
Igual a mí.
Cuando reposa
Mi cabeza en la hierba
El mundo es otro.
Mi hijo crece;
Yo envejezco; el verano
Es el mismo.
Tiene mi mano
Demasiadas caricias
Para cerrarla.
Cuando miro
El ciruelo en flor
Dios habla.
Esta noche,
Cada árbol un fantasma
Bajo la luna.
Todo muere.
Sin embargo, la aurora
Regresa siempre.
Esta mosca
Sobre mi página blanca,
¿Qué escribe?
Magister en Literatura Latinoamericana en la Universidad de los Andes, donde imparte una cátedra de poesía venezolana contemporánea. Tiene publicado 14 libros en diversas editoriales del país y el extranjero, el libro “Caligrafía del aire” fue publicado en España en 3 idiomas árabe, francés, y castellano por Editorial Alfalfa. Junto a su obra poética hay destacar su trabajo de investigación literaria, el estudio de género y sus aportes en la docencia y teatro, (trabajos que aun mantiene inéditos). Su libro “Jugando con la poesía”, es una recopilación de experiencias de escritura infantil del estado Lara a 72 grupos escolares, como una de las experiencias vitales de su quehacer como promotora de la lectura y la escritura, al igual que el taller de formación literaria “José Antonio Ramos Sucre” que mantuvo por más de 7 años, y en el que participaron más de 90 amantes de las letras y la buena conversa. En la actualidad funge con coordinadora del taller literario de Rótulo Ediciones.
Y preguntó la anchoa a la gaviota que la acechaba:
–Gaviota de primavera, ¿por qué tu sustento no buscas en las celestes alturas? ¿Por qué te gusta arrancárselo a las entrañas del mar?
Y respondió la gaviota a su apetecida presa:
–Por aborrecer lo fácil, me aburre cazar mi bocado en el cielo. Y por amor a lo difícil, a diario me arriesgo al azar de pescar.
Y tras zamparse a la anchoa, alzó vuelo la gaviota –siempre ágil, siempre voraz.
Sólo lo difícil es estimulante José Lezama Lima (1910-1976), poeta cubano
(Texto seleccionado en el año 2014 para ser incluido en el libro “La Primavera la Sangre Altera”, antología de microficción de la editorial “Diversidad Literaria” http://www.diversidadliteraria.com de España)